¡¡¡The money!!!
Noche de Champions en Mestalla, y como no, la misma estúpida ilusión de siempre. ¿Qué hace frío? No pasa nada, nos abrigamos, nos movemos y cantamos. Minuto 9 y adiós a la ilusión. Al descanso 0-2 y si no me voy a casa es porque he ido con mi amigo Juanfer y es él quien dice que nos quedemos.
Y es entonces cuando me pregunto: ¿qué será del fútbol si ya no hay ilusión? ¿Por qué están generando esa falta de ilusión con la que se están cargando el negocio? ¿El objetivo es crear X súper equipos y cargarse el fútbol local y hacer una liga europea a nivel de equipos de capitales de estado? Porque al final es lo que te lleva a pensar el ver la situación en el fútbol europeo y, sobre todo, español.
Recuerdo el fútbol de los 90 y de los 2000, ese fútbol mágico, quizá menos atractivo visualmente comparado con el de hoy, en el que, creo que gracias a la ley Bosman, cualquier equipo que hiciese las cosas medio bien, podía llegar a conseguir grandes logros. Aquel Zaragoza campeón de la Recopa con el mítico gol de Nayim, el Mallorca de Héctor Cúper y sus míticas finales de Copa y Recopa, o el Valencia de las dos finales de Champions y las dos ligas, la Uefa y la Supercopa de Europa.
Hoy es imposible creer que vamos a volver a ver algo de aquello. Sinceramente no creo que el Betis vaya a ganar la liga, o que el Olympique de Marsella vaya a llegar a la final de la Champions. De hecho, lo que estamos viendo en España es auténtica basura. Pero el aparato mediático lo ensalza, no vaya a ser que pierdan el negocio. Y de lo que no se dan cuenta es de que es pan para hoy y hambre para mañana.
Este fin de semana, sin ir más lejos, el Madrid y el Barça "solo" han ganado 4-1 y 6-1 respectivamente. Y lo peor es que es lo normal. Después de ver 8-0, 7-1, 6-0, 5-1 constantemente durante los últimos 4 años, el fútbol ya no ilusiona. Es más, aquí en Valencia se está convirtiendo en relativamente difícil encontrar una camiseta del Valencia fuera de las tiendas oficiales o de ECI (que encima las tienen medio escondidas). Pero no pasa nada, Cristiano lleva peinado nuevo y Messi se ha cagado encima cuando se ha tirado un pedo. Y eso es lo que quieren vendernos, y es lo que se compra.
Y mientras el negocio sigue muriendo. PRISA ya le ha dicho a 10 clubes que se vayan mentalizando de que van a cobrar menos por los derechos de TV, y que encima cobrarán a plazos. Y así vamos, todos endeudados y siendo exigidos al ser SAD y los dos mastodontes endeudándose sin parar y no pasa nada. Y cuando encima tienes un jugador que destaca un poco, llegan, te dan 4 duros, te ves obligado a vender y el jugador a calentar banquillo. Ahí está el caso Villa, incomprensible.
Y en Europa, pues 3 cuartos de lo mismo, aunque al menos las ligas son rentables, no como aquí. ¿Qué han sido el Chelsea, el City o el PSG? Los únicos que hacían algo, y muy de vez en cuando, eran los blues. Unos blues a los que se los cargaba por ejemplo el Mallorca. Pero nunca han sido clubes competitivos. Yo no recuerdo ver al City en Europa en mi vida, y el PSG ha sido una banda siempre, excepto la época Weah y lo máximo que consiguieron fueron unas semifinales de Champions (en el formato antiguo y más sencilla que el actual) y una final de Recopa.
Por eso, ahora, eliminado el Valencia, mis favoritos en la Champions son la Juve y el Borussia. Equipos con un gran pasado en los 90, campeones de Europa, venidos a menos y que, sin tirar de talonario, están haciendo una temporada dignísima. Los Madrid, Barça o City, para los que tienen que ir a caballo ganador.
Porque os digo una cosa, el Valencia ya no ganará la Champions en la vida, nuestra oportunidad ya pasó, pero aquellas dos ligas, aquella copa del 99 o aquella UEFA valen más para mi que todas las Copas de Europa que han ganado el resto a base de talonario.
La mejor sensación en esta vida es la victoria. Pero con esfuerzo, es aún mejor.
Aquí se habla de cualquier cosa: fútbol, cine, videojuegos, pensamientos... Eso sí, de lo que no sé, no hablo. Puedes seguirme en Twitter: @Monle85
miércoles, 13 de febrero de 2013
sábado, 2 de febrero de 2013
Controla, pasa y disfruten
Cambio de tercio radical en el blog, hoy voy a hablar de una de esas cosas de las que tanto sabía y que, gracias a la burbuja que se ha creado y está a punto de explotar, ya no sé. Y alguien se picará conmigo. Y me encantará. Hoy hablamos de fútbol.
Vivimos en una época en la que todo viene marcado por dos nombres: Messi y Cristiano. No sé si realmente somos unos afortunados viviendo esta época. Yo creo que no, personalmente he disfrutado más el fútbol de la década pasada. Verlos es una maravilla, una suerte, un privilegio... llamadlo como queráis. Pero para mi, están bastante sobrevalorados.
Ojo, son unos grandes futbolistas, buenísimos, ojalá tuviese el Valencia esa delantera, no me perdía ningún partido y los vería todos mínimo 3 veces, seríamos el súper equipo, una máquina imparable. Pero veo que hay una falta de competitividad alarmante en el fútbol actual, y, aun siendo muy buenos, ya no tienen delante a aquellos Nesta, Maldini, Stam, Ayala o Samuel, los grandes referentes de las defensas de la década pasada. Y como sus clubes han creado esa gran burbuja a la que le queda ya poquito para explotar (y yo que me alegraré), todo lo que hay de calidad, se lo llevan, y muchas veces a precio de saldo.
Pero la entrada de hoy no la quiero centrar en ellos dos. La quiero centrar en sus compañeros, esos que les hacen tan buenos, esos futbolistas que son los que hacen pagar entradas.
A principio de la década de los 90, vivimos el gran Dream Team de Johan Cruyff. A mi me pilló pequeño, por lo que no recuerdo bien del todo como jugaban. De hecho ni siquiera vi la final de Wembley (si que vi el 4-0 del Milan en Atenas). Pero había algo que me llamaba mucho la atención. En un equipo con jugadores como Romario, Stoichkov, Koeman, el jugador preferido de mi primo, culé de pro y con algo de idea de fútbol (a su manera), era el jugador distinto, el jugador del pase imposible, de la asistencia perfecta, Michael Laudrup.
Y con el paso de los años, te vas dando cuenta del por que. Porque cuando eres pequeño, lo que más mola es llevar la camiseta del que más goles mete: Romario, Ronaldo, Batistuta, Mijatovic... pero cuando eres mayor, te das cuenta de que la esencia del fútbol son Iniesta, Xavi, Pirlo, Aimar, Rui Costa, Zidane (otro sobrevalorado por la prensa madridista, aún siendo un grandísimo fuera de serie) o Riquelme.
Esos son los jugadores, los jugones, que sacan el olé con cada jugada. Los del caño imposible, el pase milimétrico, el regate de fantasía. Cuando recordemos a la selección española campeona de todo, nos acordaremos de Xavi e Iniesta, no de Villa. Cuando recordamos al Valencia del doblete, nos acordamos de Baraja, no de Mista. Del Madrid de los galácticos nos viene a la mente Zidane, no Ronaldo.
Y por encima de todos ellos, un nombre. El jugador que más me ha hecho disfrutar, el 10 de Brasil y del Barcelona, Ronaldinho. Eso era algo de otro planeta. Lo tenía todo, regate, filigrana imposible, imaginación, talento y gol. Y que goles.
¡Como os echo de menos!
Y esto se puede aplicar también a la vida. Te pueden aparecer muchos Messis, Cristianos o Ronaldos, y los difrutarás. Pero quien realmente te hará valorar la vida, serán los otros, los que hacen magia, los que hagan que pagar la entrada valga realmente la pena.
Feliz fin de semana.
Vivimos en una época en la que todo viene marcado por dos nombres: Messi y Cristiano. No sé si realmente somos unos afortunados viviendo esta época. Yo creo que no, personalmente he disfrutado más el fútbol de la década pasada. Verlos es una maravilla, una suerte, un privilegio... llamadlo como queráis. Pero para mi, están bastante sobrevalorados.
Ojo, son unos grandes futbolistas, buenísimos, ojalá tuviese el Valencia esa delantera, no me perdía ningún partido y los vería todos mínimo 3 veces, seríamos el súper equipo, una máquina imparable. Pero veo que hay una falta de competitividad alarmante en el fútbol actual, y, aun siendo muy buenos, ya no tienen delante a aquellos Nesta, Maldini, Stam, Ayala o Samuel, los grandes referentes de las defensas de la década pasada. Y como sus clubes han creado esa gran burbuja a la que le queda ya poquito para explotar (y yo que me alegraré), todo lo que hay de calidad, se lo llevan, y muchas veces a precio de saldo.
Pero la entrada de hoy no la quiero centrar en ellos dos. La quiero centrar en sus compañeros, esos que les hacen tan buenos, esos futbolistas que son los que hacen pagar entradas.
A principio de la década de los 90, vivimos el gran Dream Team de Johan Cruyff. A mi me pilló pequeño, por lo que no recuerdo bien del todo como jugaban. De hecho ni siquiera vi la final de Wembley (si que vi el 4-0 del Milan en Atenas). Pero había algo que me llamaba mucho la atención. En un equipo con jugadores como Romario, Stoichkov, Koeman, el jugador preferido de mi primo, culé de pro y con algo de idea de fútbol (a su manera), era el jugador distinto, el jugador del pase imposible, de la asistencia perfecta, Michael Laudrup.
Y con el paso de los años, te vas dando cuenta del por que. Porque cuando eres pequeño, lo que más mola es llevar la camiseta del que más goles mete: Romario, Ronaldo, Batistuta, Mijatovic... pero cuando eres mayor, te das cuenta de que la esencia del fútbol son Iniesta, Xavi, Pirlo, Aimar, Rui Costa, Zidane (otro sobrevalorado por la prensa madridista, aún siendo un grandísimo fuera de serie) o Riquelme.
Esos son los jugadores, los jugones, que sacan el olé con cada jugada. Los del caño imposible, el pase milimétrico, el regate de fantasía. Cuando recordemos a la selección española campeona de todo, nos acordaremos de Xavi e Iniesta, no de Villa. Cuando recordamos al Valencia del doblete, nos acordamos de Baraja, no de Mista. Del Madrid de los galácticos nos viene a la mente Zidane, no Ronaldo.
Y por encima de todos ellos, un nombre. El jugador que más me ha hecho disfrutar, el 10 de Brasil y del Barcelona, Ronaldinho. Eso era algo de otro planeta. Lo tenía todo, regate, filigrana imposible, imaginación, talento y gol. Y que goles.
¡Como os echo de menos!
Y esto se puede aplicar también a la vida. Te pueden aparecer muchos Messis, Cristianos o Ronaldos, y los difrutarás. Pero quien realmente te hará valorar la vida, serán los otros, los que hacen magia, los que hagan que pagar la entrada valga realmente la pena.
Feliz fin de semana.
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