miércoles, 21 de enero de 2015

Cine: La Ola (2008) - Reflexión personal acerca del fenómeno Ultra

Últimamente estoy teniendo suerte con las recomendaciones cinematográficas que me va haciendo la gente, y esta vez no es una excepción. Recomendado por Jimena Lago (@jimena_lago), anoche decidí ver esta producción alemana que me sorprendió gratamente y a su vez me dio para pensar acerca de los paralelismos que se dan entre esta película y la situación actual que se vive en ciertos ambientes de nuestra sociedad.


El Sr. Wenger es un profesor de bachillerato en un instituto alemán que, por sorteo, recibe la responsabilidad de trabajar en un proyecto acerca de los sistemas políticos autocráticos. El grupo de alumnos que se apuntan a dicho proyecto lo hacen porque se trata del profesor simpático, además del entrenador del equipo de waterpolo. Después de lanzar la pregunta "¿Creéis posible que vuelva a haber una dictadura en Alemania?" deciden instaurar un régimen de extrema disciplina en clase, restringiendo las libertades individuales y primando el grupo por encima de todo lo demás. Ese grupo recibe el nombre de "La Ola". Solo hay un problema: los chavales empiezan a tomárselo demasiado en serio.


En cuanto a actuaciones y demás, la película no da mucho de si. Hablamos de un film con actores desconocidos para el gran público (es alemana) y la gran mayoría de participantes son adolescentes. Trasladado a España, podríamos compararlo con una producción tipo "Compañeros", "Al salir de clase" o "Física o Química". Seguramente pocos actores lleguen a tener carreras exitosas fuera del país germano.

Es por eso que quería hacer una reflexión más allá de la película. (De nota le pongo un 7,5/10).

Como sabréis, desde el asesinato de un ultra del Deportivo de La Coruña a manos de miembros del Frente Atlético en noviembre del año pasado, se ha vuelto a poner en primera línea de actualidad el fenómeno de los grupos extremistas en España. Se ha hablado mucho acerca de este tipo de movimientos, se ha analizado casi al milímetro el perfil de los componentes de estos grupos (aunque supongo que también con mucho desconocimiento, como pasa muy habitualmente cuando se confunde periodismo con sensacionalismo) y parece que se está empezando a trabajar en acabar con ellos. La lástima es que este último aspecto parece que solo se está llevando a cabo en el fútbol, y no en la vida política.

La película nos adentra en un grupo de adolescentes de distintas clases sociales, con distintos gustos, distintas aficiones, distintos amigos y enemigos entre si. Encontramos al chico rico, al chico marginado, al guaperas, al chico que no tiene familia, a la diva de la clase, a la chica ignorada por los chicos... Todos los prototipos de jóvenes están representados en esta película. Los primeros minutos nos introducen en lo comentado anteriormente, el grupo de alumnos que entran en este proyecto porque el profesor es molón o su entrenador de waterpolo. La clase comienza con teoría, definición de distintos sistemas políticos y explicación de la autocracia. Además, las decisiones se van votando entre los alumnos, tienen total libertad para exponer cualquier cosa que se les ocurra. Ahí empieza a radicar el éxito del proyecto.

Conforme avanza la película, se empieza a ver la evolución tanto del proyecto como del mismo profesor: "La Ola" tiende a convertirse en un movimiento ciudadano, y el profesor en su líder. Los alumnos adoptan posturas fascistas: rechazo a quien no forma parte del grupo, propaganda partidista, extorsión, persecuciones y violencia. Cuando el Sr. Wenger empieza a ser consciente de lo que está sucediendo, ya que había sido seducido por su propio afán de poder, ya es demasiado tarde. El final de la película es dramático. Y es la pura realidad sobre el movimiento ultra.

Las últimas semanas en Mestalla han sido tensas. Desde la persecución por parte de las autoridades y la LFP a los grupos ultra en el fútbol, el Valencia ha decidido dar la espalda a Ultras Yomus. La Curva Nord sigue en su mismo sitio, con sus mismas funciones, pero se ha prohibido cualquier tipo de exhibición de simbología ultra, y esto ha provocado el enfado del grupo de animación.

El último episodio se vivió el pasado sábado, en el encuentro ante el Almería. En el descanso del partido se exhibe una bandera de Ultras Yomus en la grada media del Estadio de Mestalla, y fue retirada de manera casi inmediata por parte de la seguridad del Valencia CF. Los líderes de la Curva Nord toman la decisión de dejar de animar, algunos de los miembros parecen no estar de acuerdo con esta postura y se lanzan a animar por su cuenta. Según se cuenta por Twitter, comienzan a recibir amenazas por parte de la sección ultra de la Curva Nord por no seguir la ordenes establecidas y animar. Cerca del final del partido, la Curva Nord decide animar de nuevo, acción que recibe el rechazo del público valencianista. En ese momento se lanzan desde la grada de animación insultos y cortes de manga al resto de aficionados.

Y el movimiento ultra es en parte lo que muestra la película: un nexo común (por ejemplo el equipo de fútbol), un líder y unas normas. Y en todos los análisis que se hacen acerca de este fenómeno se habla de lo mismo: pertenencia de muchos jóvenes con problemas de adaptación que se sienten como en casa dentro de estos grupos, que reciben el cariño y la empatía que no encuentran en otros ámbitos de su vida diaria. Y es aquí cuando aparece el lavado de cerebro. Inconscientemente se empieza a perder la toma de decisiones individuales, primando el colectivo. El grupo lo es todo para el miembro, está por delante del resto de cosas y se trata de imponer por la fuerza el pensamiento único, rechazando a cualquier persona que piense de modo distinto.

La Curva Nord publicaba hoy ésta carta a través de las redes sociales. Si la analizamos, veremos como se cumplen los puntos expuestos anteriormente:

-"Pisé por primera vez Mestalla a los 5 años y supongo que fue amor a primera vista, desde entonces no he fallado a nuestra cita ningún fin de semana."

-"Desde que tengo memoria, recuerdo quedarme embobado con los dos quesitos del campo. Llegó un momento en el que pasaba más tiempo mirando como disfrutaban las esquinas de Yomus y Gol Gran que mirando el partido en sí."

-"Tres años después, solo puedo decir que es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Gracias a la Curva he conocido a gente por la que hoy en día daría la cara en cualquier situación, chavales a los que considero mis hermanos y que se que siempre podré contar con ellos. Gracias a la Curva mi mente se ha abierto mucho más. He conocido nuevas perspectivas, nuevas filosofías, nuevas formas de afrontar y vivir el día a día. Gracias a la Curva hoy en día sé más y conozco mucho más. Gracias a la Curva, he conocido la verdadera forma de ver y entender el fútbol. Gracias a la Curva hoy el Valencia es fundamental en mi día a día y en mi forma de vivir la vida. Gracias a esta forma de entender el fútbol he comprendido que los jugadores, los presidentes o las directivas van y vienen, que nosotros somos del VCF y que nosotros somos el VCF, y animamos por y para su escudo. La Curva existe por y para defender al VCF, y el VCF la necesita a su lado."

-"Soy socio, simpatizante y defensor tanto de Ultra Yomus como de Curva Nord, y sé que sin uno no hay otro, y viceversa. Me gusta hablar de lo que sé y conozco de primera mano."

-"Que no hay cosa más grande que la defensa de tu honor y el de los tuyos. Y que la gloria debería de ser la meta de cualquiera. En los cuatro años que llevo metido en este mundo no he visto ni sabido de ningún acto fuera de lugar por parte tanto de Yomus como de la Curva en colectivo. Ni una sola situación sancionable o imperdonable tomada por sus directivas." (Se ve que quien se pegó este año en La Coruña fui yo, al igual que el que ha colado cánticos y símbolos nazis en algunos tifos, o las Yomus GirlSS).

-"Y es por eso por lo que no llego a entender el motivo del bochornoso trato que estamos sufriendo por parte de nuestra directiva. No entiendo como nuestra directiva es la única que sigue las estúpidas reglas marcadas por parte del organismo más corrupto del sistema español: la LFP. No entiendo como los dirigentes de nuestro equipo anteponen la palabra del que será recordado como la persona que intentó acabar con el fútbol en España (en su verdadera esencia) sobre los actos y la actividad de los artífices del cambio en Mestalla. Y es que, si en estos 4 años de existencia, hubiese habido algún episodio ilegal, violento o reprochable por parte de Yomus, Gol Gran o Curva Nord en general, entendería que se tomasen algunas de estas medidas; pero no es así y no existe fundamento alguno para llevar a cabo esta bochornosa caza de brujas que parece tener un único objetivo: acabar con la CN10."

-"Pero no les daremos ese placer, esta es la vida que hemos elegido, con la que disfrutamos cada día defendiendo nuestro equipo y nuestra ciudad allá por donde vamos. Nosotros no repartimos carnets de valencianismo, ni somos ni seremos nunca quien para hacerlo, pero desde luego nadie podrá venir a darnos lecciones de sentimiento ni a reprocharnos nuestra pasión hacia el VCF. Y tranquilos, que a cada cerdo le llega su San Martín y sino al tiempo.
Por encima de todo, por encima de todos,
VCFoMORT."

Independientemente de que la carta, que podéis leer completa, tiene su lado bonito y sentimental, a mi me da pánico. El tono acaba siendo amenazante, y hablamos del pensamiento/sentimiento de una persona. Éste año se lanzó botes de cerveza al autobús de los futbolistas del Atlético de Madrid. Acción lamentable que mucha gente defendió diciendo "no pasa nada", "son cosas del fútbol" o "a nosotros también nos lo hacen". ¿Estamos locos o qué? Me preocupa mucho la justificación de estas acciones en las redes sociales, gran fuente de radicales. Me preocupa casi más que la propia acción, que puede ser cosa de un tonto y debería ser rechazada, pero sucede justo lo contrario. ¿Qué sociedad estamos creando? ¿De verdad, ultras, veis tan imprescindible un pensamiento único? En Madrid pintaron la tumba de la esposa de Florentino Pérez cuando decidió expulsar a los Ultras Sur. Todos conocemos la historia de Laporta con Boixos Nois. Y lo justificarán siempre. Y aún hay quien les ríe las gracias, ¿eh, Cerezo?


Y el problema también lo tenemos en la vida cotidiana. La situación actual es un caldo de cultivo perfecto para éstos fenómenos. Corrió la idea digna de Premio Nobel de que la culpa de la crisis era de los inmigrantes. Alguien fue tan listo que dedujo que echando del país a 5 millones de extranjeros se acababa con el paro. En ocasiones estos listos son familiares de gente que había emigrado en su día. Y es que la crisis es idónea para estos movimientos. En las últimas semanas se ha visto ONGs solo para españoles. Afortunadamente se ha denunciado.

Me da miedo, sinceramente. El ser humano es suficientemente tonto como para ser capaz de repetir errores del pasado. Y lo peor de todo es que no se dan cuenta de que somos (sois) solo sus cachorros. No creo que Hitler estuviese en primera línea de ataque en la Segunda Guerra Mundial, al igual que no creo que el líder del grupo ultra que queda para pegarse con otro sea el primero en soltar el puño, ya cuentan que los líderes de cada banda son los que deciden cuando empieza y acaba la pelea. Hay que ser bobo para prestarse a participar en esto. Y por lo visto hay mucho bobo con ganas de seguir a un líder.

Esperemos por el bien del Valencia que se solucione esta situación. La Curva Nord es de las mejores cosas que han sucedido en el club en los últimos años. Generan un ambiente extraordinario, hay muchos chavales con ganas de trabajar por y para el club, la animación es increíble, se desplazan a estadios rivales y consiguen que se les escuche más que a la afición local. Pero este no es el modo. Debe ser una grada libre de cualquier simbología política y en la que cada miembro pueda tener la libertad de animar o criticar cuando crea conveniente. Una grada democrática. Y el club debe ayudar en fomentar estos valores. Porque la única cosa que tengo clara es que la Curva Nord MOLA.




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