domingo, 15 de febrero de 2015

Monólogos 10: Arturo y El Monaguillo


Soy de la opinión de que muchas de las decepciones que nos llevamos en nuestra vida son consecuencia de unas previsiones demasiado optimista acerca de lo que nos vamos a encontrar, por eso mucha gente acaba decepcionada al ver la película de uno de sus libros preferidos. Eso en el cine tiene solución, ves la película primero y después te lees el libro. Así le das la vuelta a la tortilla, en vez de decepcionarte sales ganando, el libro será más completo y complementará has visto y te ha gustado. Pero, ¿qué pasa cuando no hablamos de películas y libros y sí de humoristas? Y a eso añadid que son humoristas que llevas siguiendo de un modo u otro desde hace casi diez años.

Anoche tuve la oportunidad, por fin, de ver a dos de los mejores humoristas de nuestro país: Arturo González Campos (@ArturoParroquia) y Sergio Fernándes "El Monaguillo" (@MonaParroquia). Seguramente a muchos de vosotros estos nombres no os digan nada, así que habrá que poneros un poco en antecedentes. Ellos dos son los presentadores de "La Parroquia", que se emite cada noche en Onda Cero entre las 2 y las 4 de la madrugada. Claro, con ese horario a ver quien les conoce. Pues los que padecemos de insomnio, los que trabajan (o hemos trabajado) por la noche o los que nos encanta jugar a la consola hasta las tantas. Además de otras apariciones televisivas puntuales, El Monaguillo lleva una temporada saliendo en Antena 3, principalmente en "Me Resbala", pero también en "A Bailar". Quizá ahora le pongáis cara.


Bueno, a lo que iba. Anoche tuve la oportunidad de poder ver su espectáculo en directo por primera vez, las veces que habían venido a Valencia, o no tenía con quien ir o se habían agotado las entradas. Y no hubo problema en ir hasta Gandía a verles, porque como pasó con "The Interview" (http://monleoneando.blogspot.com.es/2015/02/cine-interview-2014.html), salí con la sensación de que todos y cada uno de los euros que gasté tanto en las entradas como en la carretera valieron la pena. Cuando alguien va a ver un monólogo espera reírse. A veces incluso espera reírse mucho. Cuando llega el punto en el que quieres que se acabe el show porque te duele la mandíbula de tanto reírte, es que te lo estás pasando pirata (Monaguillo dixit). Y realmente, el único puñetero problema es que se acaba. Y en ese momento solo queda un pensamiento en tu cabeza: "¡¡¡quiero salir de fiesta esta noche con estos tíos!!!".

No sé si es el formato habitual, pero el primero en salir al escenario fue Arturo, el señor del criterio, el enemigo de la tortilla de patata, el fan más fiel de Batman que conocerás en tu vida. Fiel a su estilo habitual (quien haya escuchado el programa más de dos veces se dará cuenta), Arturo se indigna en el escenario. Es un auténtico espectáculo, ¿de dónde saca la voz este hombre para gritar tanto? Porque aunque será un número, lo borda, transmite sus pensamientos a la perfección. Y la temática variada, pero tocando uno de sus temas preferidos: las madres, esas chicas que una vez dan a luz son llevadas a un cuarto oscuro en el que les instalan un ojo biónico en la parte de la cabeza y son capaces de ver todos y cada uno de tus movimientos, esos seres que te martirizan desde que eres un niño de cuatro años, con sus frases míticas como "ni coche ni cocha" o "que coche ni que niño muerto". Además de las madres, el reparto es variado, hay para los padres, para los amigos, para las borracheras que te pillas de joven y para las novias. Todos reciben. Y se queda muy a gusto.

Y después de Arturo llega el más mediático de los dos (ojo con la injusticia de que Arturo sea más bien desconocido para el público general), El Monaguillo. Y si ya venías reído, y bien reído, del monólogo anterior, pues ahora solo queda sentarte y seguir disfrutando del espectáculo. Ya digo, disfrutar hasta que dices "basta", porque te duele la boca de tanto reír. El Mona lo da todo en el escenario, y si encima se complementa con alguna aparición puntual de Arturo haciendo el monguer por detrás, tienes la combinación perfecta para pasarlo de puta madre. La temática, también variada por su parte, empezando por aquellos grandes clásicos de los 80-90 como David Hasselhoff, Hasselbaink, Huntington, Hockenheim, como un vistazo a "los Gremlins" para acabar hablando del tamaño de la polla de los ponys de la feria y de su amigo el limitadito liándola en la discoteca aquella noche que ligaron. Y es que Sergio se siente a gusto en el escenario, y lo transmite al público. Se siente tan a gusto que incluso llega a darle una rampa en el gemelo debido a su swing y tiene que encontrar un fisio en la sala para que le haga unos estiramientos. Se siente tan a gusto que no puede evitar descojonarse encima del escenario después de alguno de sus chistes. Claro que la mítica aparición de Arturo al más puro estilo muñeco del messenger es para partirse de risa.

Por lo demás, temas más o menos típicos de muchos monólogos. Incluso en algunos sabes cual va a ser el chiste, pero ¿qué más da? ¡Te ríes igual! Sí, se recurre al sexo, pero sin el típico "pipi, caca, culo, pedo, pis", sino incluso con consejos que no desvelaré, o con propuestas deshonestas y pervertidas por parte del señor del criterio, como ese "Evento Bukake". Y también uno de los registros más típicos de estos dos artistas, meterse con su público. Desde el paji hasta el tío de las gafas feas, si tienes que recibir, vas a recibir. Total, eso es un juego de niños comparado con lo que sucede contigo el día que te animas a llamar al programa. Ni te dejan hablar, ni se dejan de faltar. Y todo ello generando un buen ambiente en todo momento, interactuando con las personas y despidiendo el espectáculo a ritmo de uno de los mayores clásicos musicales de la historia de nuestro país: "Vivir así es morir de amor".


Y muy destacable también la atención a los fans después del espectáculo. Incluso una anécdota que habla muy bien del trabajo de estos dos talentos y del cariño de su público. Cuando esperaba para hacerme una foto con ellos, se acercó uno de sus fans y le regaló una camiseta de Star Wars a Arturo. Ese tipo de detalles solo le suceden a los grandes. Y Arturo no lo es solo de la comedia, sino que a nivel cultural es una persona de la que se puede aprender mucho, es una auténtica enciclopedia con patas, y yo os recomiendo sus podcast "Todopoderosos" (@TPoderosos), donde podéis encontraros con cerca de dos horas de cultura cinematográfica con un buen puñado de risas. Pero dejando de lado esa faceta humana, está la sentimental. Y como he dicho antes, sus principales fans somos los que, por un motivo u otro, elegimos la radio por la noche para acompañarnos cuando no podemos dormir o cuando estamos trabajando, y nadie mejor que nosotros para valorar lo importantes que pueden llegar a ser estas personas en nuestras vidas.


Ah, y la puntualización personal: hacía a Arturo más alto y al Monaguillo más bajito, y menuda sorpresa al ver que Sergio está fuertecito. Vamos, que está goloso el amigo.

Nota: 10/10. Es cierto que no puedo ser imparcial a la hora de puntuar a estos dos genios de la comedia, pero esta nota es total y absolutamente sincera. Posiblemente el mejor monólogo que he visto en mi vida, y he visto a muy buenos monologuistas como David Guapo o Miguel Lago, pero este dúo les supera. La puesta en escena es genial y las risas más que aseguradas, incluso se puede decir que son mucho mejores de lo que esperaba. Porque hasta los parones de El Monaguillo al reírse de su propio chiste son más que graciosos. Y el Teatro Serrano de Gandía, espectacular. Moderno, cómodo y acogedor. Un escenario sobresaliente.

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