El primer restaurante que voy a analizar en esta nueva sección es Nautilus. Situado en el paseo de la playa de la Malvarrosa, Nautilus es uno de tantos restaurantes de comida típica valenciana que podemos encontrar en esta zona de nuestra ciudad. Aprovechando la extraordinaria mañana que nos ha ofrecido el día de hoy, hemos optado por comer en la terraza. Amplia, con un buen número de mesas y sillas de mimbre, bastante cómodas, por cierto, nos hemos encontrado con un estupendo trato del personal, muy atentos y muy amables.
El menú del día consta de primer y segundo plato a elegir entre cuatro opciones distintas para cada uno, postre o café por 9,90€ de lunes a viernes, un precio un tanto elevado al no incluir pan y bebida, pero inferior a las otras opciones que hemos sondeado. Los platos seleccionados han sido chipirones como primero, arroz a banda (paella del día) como segundo y pudding de postre. Además de esto, el camarero nos ha ofrecido la posibilidad de servirnos pan tostado con tomate natural y alioli para untar.
Los chipirones han sido muy decepcionantes. Esperando que sería un plato de chipirones enharinados o puntilla de calamar, nos hemos encontrado con una especie de sopa de chipirones, que básicamente ha consistido en abrir una lata de chipirones en su tinta, añadirle un poco de agua y algo de cebolla picada y servir. La verdad es que me ha venido extraordinariamente para el dolor de garganta que tenía esta mañana, pero como plato de menú del día ha sido totalmente decepcionante. La cantidad servida era aceptable.
Esperando un buen arroz a banda ya que nos encontramos en un enclave arrocero de nuestra ciudad, el plato servido, además de ser de escasa cantidad, ha sido aún más decepcionante que los chipirones. La calidad del arroz a banda es válida para cualquier turista que no haya probado este plato anteriormente, pero es totalmente inaceptable para cualquier persona que tenga un mínimo gusto por la cocina de calidad y tenga el paladar acostumbrado a comer buenos arroces. Escaso sabor, con el arroz algo pasado y muy cercano a haber sido servido frío (de hecho a los tres minutos de tener el arroz en la mesa ya no estaba caliente), debemos exigir mayor calidad en el que debería ser uno de los platos estrella de un restaurante de comida típica valenciana. Los he comido mucho mejores en casas de comidas para llevar, por ejemplo. Afortunadamente han conseguido darle mayor sabor que el que encontramos precocinado en el supermercado de turno, aunque dudo del mérito de este hecho.
El postre ha sido aceptable, sin más. Tampoco es tan difícil hacer un pudding en condiciones. El sabor del flan era bueno, pero la base era prácticamente inexistente y en este momento soy incapaz de distinguir si era de galleta, almendra o bollería.
El precio final ha sido de algo más de 28 euros. Extremadamente caro para la calidad servida en la mesa, cualquier menú del día de cualquier bar en otro punto de la ciudad o polígono industrial hubiese sido superior y por un precio muy inferior. Estoy acostumbrado a degustar mucha mejor calidad por un precio mucho menor. Totalmente inaceptable cobrar 3,50 euros por 8 rodajas de pan con alioli Chovi y tomate. De hecho es un producto que debería ser ofrecido de forma gratuita como sucede en la gran mayoría de establecimientos de nuestra ciudad. Igualmente es inaceptable cobrar 3 euros por una copa de vino rosado que era de todo menos rosado.
Al menos el servicio ha sido extraordinario, la atención al cliente ha sido muy superior a la mínima exigible a un establecimiento de estas características. Muy atento y servicial, hemos quedado contentos el trabajo del camarero y se ha llevado su merecida propina.
Puntuación: 3/10, principalmente por el servicio recibido y porque el postre era aceptable. Lo mejor, el pan con alioli Chovi.
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