lunes, 26 de enero de 2015

Unai ya no corre la banda. Valencia 3 - 1 Sevilla



Si me llegan a decir hace 10 años que Valencia y Sevilla se iban a convertir en enemigos irreconciliables, no me lo creo. Por aquella época ganábamos ligas en el Sánchez Pizjuan y la afición rival se alegraba y nos felicitaba. Incluso teníamos enemigos en común, especialmente Real Madrid y Atlético de Madrid. Se puede decir que éramos equipos hermanos, de hecho el gran Valencia fue el espejo en el que se miró el gran Sevilla de Juande Ramos, un equipo era casi un calco del otro.


Pero hay ocasiones en que las cosas se tuercen para uno de los dos bandos y el otro empieza a ganar peso en el fútbol español. Se produce una inversión temporal de roles. Y en los enfrentamientos directos, lo que antes eran escenas de empatía y cariño se convierten en guerras con sus héroes pero, sobre todo, sus villanos: Dani Alves, Fernando Navarro, Roberto Soldado, Adriano, Cristobal Soria, incluso Álvaro Negredo y sus 4 goles que dejaron al Valencia fuera de la Champions después de otro arbitraje lamentable en uno de estos partidos...

El punto de no retorno se vivió la temporada pasada. Ida de la semifinal de la UEFA Europa League entre Sevilla y Valencia. El partido transcurre tranquilamente con un 0-0 en el marcador. El Valencia tiene alguna ocasión clara para estrenar el electrónico pero quien se adelanta en el mismo es el equipo local con gol en fuera de juego clarísimo de M'Bia. Se repetía la historia de aquella eliminatoria de Copa del Rey de la 2009-10 en la que Adriano marcó un gol que sería clave para el triunfo sevillista en el fuera de juego más claro de la historia del fútbol mundial. Poco después el Sevilla anotaría el segundo tanto y encarrilaría la eliminatoria. Pero en la segunda parte el Valencia se deja los complejos en el vestuario, adelanta líneas, domina el partido y llegan las ocasiones. Y casi en el último minuto, en una jugada aislada, Beto, portero del Sevilla, simula una agresión de Paco Alcácer que supone la expulsión del delantero de Torrent. Mestalla tenía un nuevo enemigo íntimo. El portugués entraba a formar parte del salón de la anti-fama del aficionado valencianista, uniéndose a otros ilustres como Mijatovic, Guti o Dani Alves.


Una semana más tarde, era momento para otra #reAMUNTada. La misión era difícil, pero no imposible. Mestalla había vivido una noche mágica en la eliminatoria anterior, cuando sus jugadores fueron capaces de remontar un 3-0 del Basilea en el partido de ida. Claro que el Sevilla no era el Basilea. Y gracias a Beto no teníamos a nuestro hombre gol. Y aún así se hizo. 3-0, todos felices y con la mente puesta en la final de Turín contra el Benfica. La cuarta ya estaba cerca, la tocábamos con la yema de los dedos.

Pero cuando hablamos del Valencia tenemos que pensar en, posiblemente, el equipo con menos suerte del fútbol español, al menos de los de arriba. Me río yo de eso de "el pupas" del Atlético de Madrid. Me río, pero no hace ni puta gracia. Minuto 92, Fede Cartabia avanza por banda izquierda y, en lugar de ir al córner a perder tiempo, centra al área donde no hay nadie para rematar. Minuto 93, ¿de verdad hace falta que recuerde como fue la jugada? El gol duele, quedarse fuera de la final duele más. Pero lo que realmente duele es que se rían en tu cara, y más alguien que ha sido un mediocre y al que le has pagado un máster de entrenador durante 4 años, y que, sin merecerlo, tiene la insignia de oro y brillantes de tu club. Insisto, sin merecerlo. Ponerse a correr la banda como un energúmeno se puede entender, marcas un gol en el último minuto después de hacer una basura de partido y tirar una eliminatoria por inepto, y llegas a la final. Pero a quien te ha dado de comer, a quien te ha ayudado más que nadie a llegar donde estás y a ser quien eres, no le debes morder nunca la mano. Y ya que la cagas en el campo, arréglalo en la sala de prensa. Pero no, ¿para qué?


Por eso anoche el partido era más que un partido, y los puntos eran más que 3 puntos. Mestalla necesitaba su revancha. Mestalla necesitaba ver a Unai derrotado y al Sevilla humillado. Y además también nos visitaba Ever "Bob Esponja" Banega, ese chaval que podría ser el mejor del mundo en su posición pero que, como no le llega la inteligencia, se quedará en una de las eternas promesas del fútbol. Y así se dio, a pesar de los constantes intentos del árbitro para evitarlo. Vaya tela con el arbitraje. Sorteo ya, por favor.

El resultado final, en un partido como el de ayer, es lo de menos. Partido trabajado para el Valencia, con ese centro del campo con 4 mediocentros que no me acaba de convencer, con un André Gomes otra vez mágico, con un Negredo que lo toca todo, con un Gayá sensacional, con un Parejo goleador, con un Enzo Pérez al que se va a criticar mucho por su alto precio, pero que va a ser imprescindible, y con un Rodrigo Moreno que vuelve a ser el de principio de temporada.

Pero si hay que destacar a alguien, para mi el héroe del partido es Diego Alves. Otro penalti parado. Detiene uno de cada dos, es algo increíble, algo que yo no he visto en mi vida. La cantidad de puntos que te da cada temporada por situaciones como esta es salvaje. Pero no solo los puntos, sino la seguridad que transmite cuando le disparan desde los once metros y el subidón que esto supone en el estado de ánimo para los compañeros. Y había quien prefería a Guaita.





Hoy no voy a dar puntos a nadie, todos estuvieron extraordinarios. Si acaso voy a dar un puntazo, y es que Unai ya no corre la banda.

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